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Sánchez, Junts y la teoría de las tragaperras
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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Sánchez, Junts y la teoría de las tragaperras

Aunque el experimento se hizo con ratones, no con diputados, puede servir para entender qué está pasando en el Congreso

Foto: La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras. (Europa Press/Diego Radamés)
La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras. (Europa Press/Diego Radamés)
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Junts puede votar a favor o en contra de los decretos leyes que llegan hoy al Congreso, que la clave de su poder no va a radicar en el sí o el no. Cualquiera de las dos opciones le vale, porque la clave para que mantenga su influencia toda la legislatura es precisamente ser imprevisible. Su socio solo tendrá la constancia de que haga lo que haga en una votación no sabe qué va a hacer en la siguiente. Las relaciones tóxicas a menudo son así. No sabes si la otra persona va a dejarte en "visto" o a mandarte un "te quiero". Depende del día. Y eso, curiosamente, en vez de aumentar las ganas de zanjar la relación, a menudo aumenta la intensidad del vínculo. Como las tragaperras, no son sanas, pero sí adictivas.

Los psicólogos llaman a esto el refuerzo intermitente, en alusión a las recompensas positivas ocasionales que no responden a un comportamiento concreto. Es decir, cuando en lugar de recibir la misma respuesta cada vez que se realiza una conducta, la recompensa aparece solo en algunas ocasiones totalmente aleatorias. Aunque el experimento se hizo con ratones, no con diputados, puede servir para entender qué está pasando en el Congreso el día de la primera votación crucial de la legislatura.

Frederik Skinner, padre del conductismo, lo demostró a mediados del siglo XX utilizando una caja con una palanca que proporcionaba comida a los ratones cuando la activaban. A veces salía comida y a veces no. La conclusión fue que de la incertidumbre de no saber si al apretar la palanca saldría comida o no, se genera mucho más interés que cuando siempre sale la recompensa esperada. Funciona con ratones, con amantes y con decretos leyes. Eso sí, tiene mucho riesgo.

Junts no necesita echar por tierra los decretos del Gobierno para transmitirle al Gobierno hasta qué punto su destino está ligado al suyo. También podría apoyarlos en el último momento. No necesita ser un socio leal ni tener exigencias imposibles. La clave está en su aleatoriedad. Está planteando la rebaja del IVA del 5% de la electricidad como podría exigir un paseo cogidos de la mano. No le amedrentará que lo acusen de no estar alineado con la mayoría progresista, porque no es con la izquierda con quien necesita mostrar ninguna coherencia. Es más efectivo para ganar poder de influencia dejarle claro a su socio que en cualquier momento puede cambiar de opinión. Es la típica relación tóxica que por desesperante que resulte no hay manera de escapar de ella. Amiga, date cuenta.

Foto: La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras. (Europa Press/Eduardo Parra) Opinión

Los refuerzos constantes generan vínculos más sanos y los refuerzos intermitentes generan relaciones más adictivas, también más disfuncionales. Vale para explicar por qué son tóxicas algunas parejas y algunos socios de gobierno. Lo mismo le puede apoyar un decreto que dejar de responderle los wasaps. Y viendo lo que pasa últimamente en la política española, no es extraño que cada vez sea más necesario recurrir a la psicología. Esta legislatura va a tener muchas votaciones de tragaperras a las que el Gobierno termine yendo a probar suerte.

El refuerzo intermitente es adictivo porque anima a seguir intentándolo, no sea que esta sea la vez en la que todo funciona de maravilla. Los psicólogos advierten de que este tipo de relaciones son fatales para la autoestima. A Sánchez, sin embargo, parece que le compensa el riesgo. Apoyos pueden faltarle, pero de autoestima el presidente anda sobrado.

Junts puede votar a favor o en contra de los decretos leyes que llegan hoy al Congreso, que la clave de su poder no va a radicar en el sí o el no. Cualquiera de las dos opciones le vale, porque la clave para que mantenga su influencia toda la legislatura es precisamente ser imprevisible. Su socio solo tendrá la constancia de que haga lo que haga en una votación no sabe qué va a hacer en la siguiente. Las relaciones tóxicas a menudo son así. No sabes si la otra persona va a dejarte en "visto" o a mandarte un "te quiero". Depende del día. Y eso, curiosamente, en vez de aumentar las ganas de zanjar la relación, a menudo aumenta la intensidad del vínculo. Como las tragaperras, no son sanas, pero sí adictivas.

Pedro Sánchez Junts per Catalunya
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