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El efecto rebote: los rivales políticos que se convierten en aliados
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Verónica Fumanal

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El efecto rebote: los rivales políticos que se convierten en aliados

En los últimos tiempos se están produciendo efectos rebote en la política española sin parar, políticos que se han convertido, sin quererlo, en el mejor aliado de los objetivos de sus adversarios

Foto: Carles Puigdemont (i) y Yolanda Díaz. (EFE/Olivier Matthys)
Carles Puigdemont (i) y Yolanda Díaz. (EFE/Olivier Matthys)
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Efecto rebote se trata de una expresión para denominar el resultado adverso que se produce cuando se hace algo para conseguir un objetivo y se obtiene exactamente el contrario. Y en los últimos tiempos se están produciendo efectos rebote en la política española sin parar, políticos que se han convertido, sin quererlo, en el mejor aliado de los objetivos de sus adversarios: González con Feijóo, Aznar con Sánchez y Díaz con Puigdemont.

1. González, el mejor aliado de Feijóo

Felipe González, junto con otros exdirigentes del Partido Socialista, está muy locuaz desde que se celebraran las elecciones el 23 de julio. Durante la campaña, los escuchamos poco, algunos no hicieron campaña por su partido, pero ahora se sienten en la obligación de salir a marcar lo que para ellos debería ser la estrategia del PSOE. Justo después de las elecciones, González publicó que el PSOE debería volver a hacer lo que ya hizo en 2016, permitir gobernar a la lista más votada, a sabiendas de que, en Extremadura, en Canarias o en centenares de ayuntamientos, el Partido Popular no ha hecho un gesto de generosidad política semejante después del 28 de mayo. Por no haber hecho, ni siquiera se ha planteado en serio pactar el Consejo General del Poder Judicial tras casi cinco años caducado, como mandata la Constitución.

Foto: El expresidente del Gobierno Felipe González. (Reuters/Henry Romero) Opinión
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La llamada vieja guardia, viendo que su predicamento caía en el desierto y que el PSOE no volvería a partirse para darle la investidura al PP y Vox, decidió volver a la carga, esta vez contra la ley de amnistía que reclaman los independentistas; de la que todavía el secretario general de su partido no se ha pronunciado y, por lo tanto, no tenemos ni idea de si está en su cabeza y en qué dimensión. González, Guerra y otros tantos han pasado de ser los enemigos del PP a ser sus mejores aliados. En sus mítines, Feijóo, como voz autorizada sobre la materia contra una supuesta ley de amnistía, no cita a Aznar, ni a Rajoy, ni a los intelectuales de derechas que escriben tribunas sobre el particular todos los días, el gallego habla de la legitimidad moral de los exdirigentes del PSOE, a los que parafrasea para cargar contra Pedro Sánchez —contra quien ellos creen que cargan—. Lo que no parecen entender es que cada vez que critican a su secretario general, cargan contra el PSOE, el partido que eligió claramente a Sánchez contra ellos en las primarias que enfrentaron a Susana Díaz, Patxi López y Pedro Sánchez. Feijóo los utiliza, porque sabe que, en sus objetivos, su mejor aliado ahora es Felipe González.

2. Aznar, el mejor aliado de Sánchez

José María Aznar se ha convertido en el mejor aliado de Pedro Sánchez en su camino a la investidura, aunque no porque este le dé argumentos como en el caso anterior, sino por todo lo contrario. Y es que el fenómeno de que exdirigentes populares apoyen las estrategias del PSOE, como sucede al contrario, no se ha producido todavía. Aznar y su fundación FAES son los guardianes de las esencias de la derecha española, quienes reparten carnés de buen español constitucionalista. Así que, a diferencia de Sánchez, que cuando oye a González parece no escucharle, Feijóo debe prestar mucha atención cada vez que el expresidente abre la boca, porque sabe que desoírlo supone una desautorización instantánea de los altavoces internos y mediáticos que continúa salvaguardando. Así que cuando el pasado 12 de septiembre Aznar hizo un llamamiento a la movilización nacional contra la amnistía al grito de “¡Basta ya!”, en clara alusión a las manifestaciones contra ETA tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el PP cambió su estrategia, que hasta el momento pasaba por no reeditar la foto de Colón evitando actos de unidad con Vox, y convocó, primero una manifestación, luego una concentración de partido y luego un mitin del PP con Aznar y Rajoy a la cabeza.

Foto: El expresidente del Gobierno José María Aznar. (EFE/Raúl Caro)

Caso aparte me parece la manifestación convocada por Sociedad Civil Catalana en Barcelona para el 8 de octubre, en la que estarán dirigentes del PP, como Isabel Díaz Ayuso, junto con dirigentes de Vox que ya han confirmado su asistencia. No tengo ninguna duda que las declaraciones de Abascal sobre el supuesto aumento de la tensión que habría en Cataluña si él gobernaba junto con el PP o la aplicación más dura de un 155 fueron grandes palancas de movilización de partidos como el PSC, ERC, Sumar o Junts. La convocatoria de esta marcha en Cataluña, justo una semana después del aniversario del 1 de octubre, puede hacer que Sánchez tenga la foto de Colón que necesitaba para rebajar el precio de la investidura, al fin y al cabo, la alternativa solo pasa por que PP y Vox tengan una nueva oportunidad de obtener mayoría absoluta y se ejecuten las amenazas de Abascal sobre el autogobierno catalán.

Por lo tanto, cada vez que Aznar habla, Sánchez gana, porque supone una dosis de recuerdo de aquella derecha del Prestige, la guerra de Irak, las mentiras del 11-M que tanto daño hicieron a los intereses del PP, que nunca ha conseguido una victoria a nivel nacional con su discurso más duro. Aznar y sus manifestaciones supondrán el mejor aliado para Sánchez en sus intereses para conseguir la investidura.

3. Díaz, la mejor aliada de Puigdemont

Yolanda Díaz, la líder de Sumar, se ha propuesto engrasar la maquinaria argumental de una posible amnistía. Se armó de valentía para subirse a un avión destino Bruselas y hacerse la foto a la que nadie se había atrevido. Esto es una operación de alto voltaje, puesto que, si la investidura de Sánchez finalmente no prospera, el achicharramiento en las urnas no solo es posible, sino que es probable. Su objetivo es evidente, hacer posible la investidura del PSOE y facilitar la reedición del Gobierno del que ahora es vicepresidenta en funciones. Sumar, con todos sus portavoces, está haciendo esa labor de pedagogía o de globo sonda, para mover a la opinión pública española del espantajo de la amnistía a la aceptación como mal menor de un pacto político que incluya la amnistía por parte del Estado y el no ho tornarem a fer por parte de los independentistas.

Foto: Carles Puigdemont y Yolanda Díaz. (EFE/Olivier Matthys) Opinión

Sin embargo, este movimiento les está sirviendo a Junts, ERC y de rebote al PNV para poner más caros sus apoyos a la investidura. Si desde el 23 de julio, tanto el PSOE como Sumar hubieran hecho elegir a sus posibles socios entre un Gobierno del PP y Vox o la reedición del Gobierno actual, sin más concesiones, cualquier prebenda que se les hubiera dado luego hubiera podido ser vendida como una victoria. Ahora, con el debate sobre la amnistía, cualquier acuerdo por debajo de este asunto será entendido por el mundo independentista como una rebaja inasumible. Porque en política el relato de lo que sucede resulta más determinante que la cuestión objetiva. Así que Yolanda Díaz se ha convertido en la mejor aliada de Puigdemont y los independentistas en sus objetivos en la posible investidura.

Efecto rebote se trata de una expresión para denominar el resultado adverso que se produce cuando se hace algo para conseguir un objetivo y se obtiene exactamente el contrario. Y en los últimos tiempos se están produciendo efectos rebote en la política española sin parar, políticos que se han convertido, sin quererlo, en el mejor aliado de los objetivos de sus adversarios: González con Feijóo, Aznar con Sánchez y Díaz con Puigdemont.

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