Las tres razones por las que la imagen de Sánchez ha quedado tocada allende las fronteras

A Pedro Sánchez le ha salido el tiro por la culata. Desde el punto de vista de su imagen, más allá de las fronteras de España, sus cinco días de reflexión y su decisión de permanecer en el cargo, anunciada el lunes, han sido contraproducentes para el presidente por al menos tres razones. A esa conclusión se llega tras la lectura de un buen puñado de periódicos extranjeros y la escucha de comentarios en radios y televisiones.

Primero, cuando Manos Limpias puso su denuncia por tráfico de influencia contra Begoña Gómez, la esposa del presidente, la noticia no tuvo apenas eco en la prensa internacional. Cuando, el miércoles 24, Sánchez anunció por carta que reflexionaría sobre si merecía la pena seguir en el cargo, la noticia sí dio la vuelta al mundo acompañada, a veces, de la palabra “corrupción”, asociada a su mujer, en el texto o en el titular.

Aún hoy en día esa palabra sigue figurando en titulares. “(...) decide no dimitir tras la apertura de una investigación por corrupción a su esposa”, resalta France-Info, la radio pública francesa. “El presidente Sánchez se mantiene en el cargo pese a la investigación por corrupción contra su esposa”, titula la web de NOS, la televisión pública neerlandesa. “Ya está claro que Pedro Sánchez seguirá en el cargo pese a los problemas que generan las acusaciones contra su mujer”, escribe el semanario alemán 'Der Spiegel'. 'The Independent' de Londres, 'Die Welt' de Hamburgo o 'Het Laatse Nieuws' de Amberes abundan todos en la misma línea.

Debajo de los titulares y de las entradillas se explica, con frecuencia, que Manos Limpias en una organización de extrema derecha de dudosa reputación, que Begoña Gómez ni siquiera está imputada, etcétera. Aun así, a juzgar por las preguntas que me formulan colegas extranjeros, la palabra “corrupción” ya ha quedado asociada, para parte de los lectores, a la familia presidencial española, aunque no sea cierto. El daño causado a la imagen trasciende al jefe del Gobierno.

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En segundo lugar, Sánchez no ha quedado como un político original y sincero, sino más bien como algo irresponsable o populista. 'Le Temps', el principal diario de la Suiza francófona, le describe en su titular como “el campeón de los golpes teatrales” que puso al país en pausa durante cinco días. Más hiriente, el semanario parisino 'Le Point' sostiene en un titular que protagonizó una “payasada peronista”.

Esos titulares mordaces no son, ni mucho menos, una exclusividad de la prensa conservadora. 'Mediapart', el principal diario digital de izquierdas en Francia (225.000 suscriptores) y socio de 'Info-Libre' en España, tacha de “melodrama” el periodo de reflexión y su desenlace. Ese lapso concluyó, recalca, “sin dar respuestas sobre el fondo del asunto que implica a su esposa”. En lugar de “melodrama”, el estadounidense 'The Washingon Post' y Alba Ventura, editorialista de RTL, la radio comercial con mayor audiencia de Francia, han preferido comparar lo sucedido estos días en Moncloa como “una telenovela”.

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Los comentarios jocosos dan paso, a veces, a preguntas más de fondo que ponen en tela de juicio las intenciones de Sánchez. “¿Dudaba realmente si debía dimitir o estaba jugando a echar un pulso político?”, se pregunta 'Volkskrant', el diario de centro izquierda de Ámsterdam.

En tercer lugar, un buen número de medios de comunicación europeos, y no solo conservadores, opinan que Sánchez, con su decisión, crispa aún más a España. “(...) no ha hecho sino agravar un debate hiperpersonalizado sobre la integridad del presidente del Gobierno español”, resalta el 'Financial Times', quizás el diario más influyente de Europa, en el primer párrafo de su análisis. “Culpó a sus oponentes de derechas de ser la raíz del problema, y no reconoció la capacidad de su propio bando para escupir bilis”, subraya.

Pese a la cautela con la que suele redactar sus análisis, la BBC también resalta que la decisión presidencial “puede haber evitado una crisis política, pero corre el riesgo de ahondar el cisma entre izquierda y derecha”. Más que nunca, España es “un país dividido entre el alivio y la rabia en el que Pedro Sánchez seguirá al mando”, titula en portada 'Expresso' de Lisboa.

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'De Standaard', el principal periódico belga neerlandófono, le da incluso la razón al jefe del Gobierno porque “el ambiente político del país es cada vez más tóxico”. “Pero al formular su denuncia como si fuera un teatro político, Pedro Sánchez no hace sino agravar el problema”, concluye.

En este panorama mediático europeo hay excepciones, empezando por 'The Guardian', el diario británico próximo al laborismo. El milanés 'Avvenire', un diario afín a la Iglesia católica, recoge también con entusiasmo algunas frases del discurso de Sánchez del lunes y titula con una de ellas: “Mostremos al mundo como se defiende la democracia”. Le ensalza por haber “convertido los ataques contra su esposa en un grito de denuncia de la actual deriva de la vida pública contraminada por la máquina del fango”.

Más allá de Europa también hay voces elogiosas, pero por motivos que nada tienen que ver con la política interior española. El digital marroquí 'Anfa News', un medio muy marginal, se alegra, por ejemplo, de que siga adelante porque continuará siendo un incordio para Argelia. “Pedro Sánchez conmociona a Argelia y decide continuar como presidente del Gobierno de España”, titula en su portada.

Si ambiciona con desarrollar el día de mañana una carrera internacional, Sánchez ha sido torpe. Aunque él lo ha desmentido, sueña con ello. Ya la empezó, modestamente, en Bosnia-Herzegovina en 1997 cuando se incorporó al gabinete de Carlos Westendorp, entonces alto representante de la UE. Si un cuarto de siglo más tarde se presentó a la presidencia de la Internacional Socialista, que ostenta desde noviembre de 2022, es también porque puede servirle de trampolín para propulsarle a la cabeza de una organización internacional. Para eso, tendrá ahora que hacer olvidar ese desconcertante retiro de cinco días.