Es noticia
Extremadura: una victoria de Vara llena de alarmas para el PSOE
  1. España
  2. Una Cierta Mirada
Ignacio Varela

Una Cierta Mirada

Por

Extremadura: una victoria de Vara llena de alarmas para el PSOE

El PSOE ha perdido Andalucía para mucho tiempo, está con el agua al cuello en Castilla-La Mancha​ y, según esta encuesta, se salvará de milagro en Extremadura a costa de compartir el poder con una coalición electoral

Foto: El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, tras el encuentro 'España a examen' en la redacción de EC. (Isabel Blanco)
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, tras el encuentro 'España a examen' en la redacción de EC. (Isabel Blanco)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Si de aquí al 28 de mayo no sucede nada extraño, es muy probable que Guillermo Fernández Vara continúe una legislatura más como presidente de la Junta de Extremadura. Esa es la única buena noticia para los socialistas de la encuesta de IMOP-Insights que hoy publica El Confidencial. Todo lo demás es una colección de advertencias ominosas, tanto para la posición del PSOE en Extremadura como, en la medida en que estos datos sirvan como indicadores de una tendencia general, para los candidatos socialistas en toda España.

El PSOE ganará las elecciones autonómicas en Extremadura. Lleva haciéndolo desde el principio de los tiempos, generalmente con resultados aplastantes. Únicamente en una ocasión, en 2011, se vio rebasado por el PP, que ocupó el poder durante una efímera legislatura. Pero incluso en aquella derrota el PSOE obtuvo un porcentaje de votos (44,1%) superior al que recibe en esta estimación de 2023. Así es Extremadura, una región en la que el bipartidismo resiste. Según esta encuesta, habría cuatro partidos en el Parlamento regional, pero entre el PSOE y el PP sumarían un 76% del voto y un 83% de los 65 escaños disponibles.

Foto: EC Diseño.
TE PUEDE INTERESAR
El PSOE retrocede en Extremadura y Fernández Vara necesitará a Podemos para gobernar
Itziar Reyero Gráficos: Unidad de Datos EC Diseño

De confirmarse el 42,4% que IMOP-Insights otorga al PSOE, este sería su peor resultado histórico en elecciones autonómicas junto al 42,1% que obtuvo en 2015. Como consecuencia de ello, los socialistas mantendrían pírricamente una de las dos comunidades autónomas en que gobernaban con una cómoda mayoría absoluta.

El PSOE perdería esa mayoría absoluta y se vería obligado a negociar un probable Gobierno de coalición con la candidatura de Unidas por Extremadura, que no es otra cosa que una sociedad coyuntural de socorros mutuos entre Izquierda Unida y Podemos para salvar el listón del 5%. Lo logran con cierta holgura, ya que obtienen el 6,8% y cuatro diputados; pero si hubieran ido separados a las elecciones, ambos habría quedado fuera del Parlamento.

Ahora bien, salvo que se arreglen las cosas entre Iglesias y Yolanda Díaz, a partir del 28 de mayo IU y Podemos emprenderán rutas separadas, ya que IU se ha subido al carro de Sumar. Así pues, Extremadura no solo estrenaría su primer Gobierno de coalición, sino que este sería en la práctica un tripartito.

Foto: El alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera Barrera, posa en su despacho para EC. (R. P.)
TE PUEDE INTERESAR
Gragera, el Astérix de Cs que se tiñó de azul: "Cuando Feijóo llamó, me sentí muy feliz"
Ana Belén Ramos. Badajoz Fotografía: Roberto Palomo

Así pues, la entrada de Podemos-IU en la Asamblea de Extremadura es lo primero que salva el pellejo del PSOE, que se vería fuera del poder si hubiera tenido que defender en solitario su mayoría absoluta. En ese trance se verá Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha, ya que allí no hay ninguna posibilidad de que los rojimorados consigan algún escaño. Si García-Page sufriera un retroceso similar al de Fernández Vara en Extremadura, se vería fuera del poder o, en el mejor de los casos (siempre que mantuviera la primera posición), dependería de que Alberto Núñez Feijóo decidiera ensayar una renuncia estratégica para no verse envuelto en un incomodísimo Gobierno con Vox y, de paso, mantener con vida a uno de los barones del PSOE más incómodos para Sánchez.

El PSOE ha perdido Andalucía para mucho tiempo, está con el agua al cuello en Castilla-La Mancha y, según esta encuesta, se salvará de milagro en Extremadura a costa de compartir el poder con una coalición electoral a su vez dividida y tras perder una buena porción de votos y escaños. Esas tres regiones formaron en tiempos el imperio electoral del PSOE, donde Chaves, Rodríguez Ibarra y Bono sacaban mayorías abultadísimas y resistían incluso en los peores tiempos en los que Aznar aplastaba a Almunia a nivel nacional.

Foto: Las obras en el socavón, vistas en mitad de un trayecto entre La Roca de la Sierra y Puebla de Obando, en Badajoz. (Cedida)

La encuesta extremeña corrobora la tendencia que todas las investigaciones serias vienen detectando en España a lo largo de la legislatura que ahora se acaba: un progresivo crecimiento de la derecha y un retroceso paralelo de la izquierda, que se añade al hecho de que la derecha ha dejado atrás su fragmentación en tres para dejar solo dos actores en ese lado de la pista, mientras en la izquierda ha prendido el veneno de la disgregación. Una tarta más pequeña para repartir entre más y con el primo de Zumosol en declive, mal asunto.

En 2019, la izquierda extremeña aventajó a la derecha por 11 puntos y 11 escaños. Esa distancia se ve ahora reducida a 2,6 puntos y tres escaños. Y prácticamente todo el retroceso se debe al PSOE, ya que Podemos-IU tiene una pérdida mínima de votos y conserva sus cuatro escaños salvadores. Al menos en esa región, los socialistas no podrán achacar sus apuros electorales al naufragio de sus aliados, sino a su propia caída.

Con todo, lo más alarmante para el PSOE es comprobar hasta qué punto su supervivencia electoral en Extremadura depende en exclusiva de la fortaleza extraordinaria de su líder regional y presidente autonómico, universalmente conocido y reconocido en la región y enfrentado a un pelotón de candidatos rivales semianónimos o anónimos por completo. La política extremeña está completamente dominada por la figura de Fernández Vara, sin que ni en la oposición ni en su partido aparezca nadie que amague siquiera con ser una alternativa verosímil.

Foto: El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, interviene en el encuentro 'España a Examen'. (Isabel Blanco)

Vara sostiene su partido a pulmón y en solitario, pese a que los extremeños muestran un notable disgusto —por no decir un cabreo monumental— respecto a la situación de la región, a la que sienten dolorosamente abandonada y postergada como siempre, con el drama de los trenes que no llegan y las carreteras que se cortan, y contemplan con estupor cómo, presupuesto a presupuesto, caen sucesivas lluvias de millones sobre Cataluña y el País Vasco. Vara flota por encima de su propio Gobierno, cuya gestión suscita escaso entusiasmo incluso entre los votantes socialistas. Y Vara destaca sobre su marca: el Observatorio Electoral de El Confidencial para elecciones generales, a finales de 2022, atribuía al PSOE de Sánchez en Extremadura un porcentaje siete puntos inferior al que ahora prevé para Fernández Vara en las autonómicas.

Esta es aproximadamente la situación en la que se verán el 28 de mayo los nueve presidentes autonómicos socialistas —por no hablar de los 2.600 alcaldes— que se juegan el puesto: presionados por la crecida de la derecha, desvalidos por el descrédito de su líder nacional y sus amistades peligrosas y obligados a defender el fortín en situaciones límite (mucho más angostas que la de Fernández Vara), tirando casi exclusivamente de su prestigio personal.

Vara se salvará por los pelos y porque carece de una oposición con cara y ojos, pero los Lambán, Puig, Armengol y un ejército de alcaldes socialistas en toda España no tienen margen para sobrevivir a una pérdida de votos como la que esta encuesta anuncia para el PSOE en Extremadura. Lo malo —o quizá lo bueno— es que tendrán que dar esta batalla en solitario; y lo bueno —o quizá lo malo, depende del punto de vista— es lo que ello presagia para diciembre, cuando ya no estén ellos en la papeleta de voto y el que tenga que explicarse ante el país se llame Sánchez… y su circunstancia.

Si de aquí al 28 de mayo no sucede nada extraño, es muy probable que Guillermo Fernández Vara continúe una legislatura más como presidente de la Junta de Extremadura. Esa es la única buena noticia para los socialistas de la encuesta de IMOP-Insights que hoy publica El Confidencial. Todo lo demás es una colección de advertencias ominosas, tanto para la posición del PSOE en Extremadura como, en la medida en que estos datos sirvan como indicadores de una tendencia general, para los candidatos socialistas en toda España.

Elecciones municipales y autonómicas Guillermo Fernández Vara
El redactor recomienda