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La ficción televisiva tradicional agoniza en plena burbuja de las series
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Aloña Fernández Larrechi

Desde Melmac

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Aloña Fernández Larrechi

La ficción televisiva tradicional agoniza en plena burbuja de las series

Las producciones estadounidenses viven su mujer momento, pero la pequeña pantalla empieza a sufrir las consecuencias de un mercado saturado en el que el espectador apuesta por la libertad

Foto: Montaje: R. C.
Montaje: R. C.

Cada mes de mayo, durante una semana, Nueva York se llena de publicistas, ejecutivos dedicados al mundo de la televisión, showrunners, actores y actrices. Con menos glamur que cualquier entrega de premios, pero la misma capacidad para colapsar la entrada a los centros de convenciones y teatros de la Gran Manzana, los protagonistas principales de la industria televisiva celebran los ‘upfronts’. Eventos en los que las cadenas de televisión convencionales presentan a los (posibles) anunciantes la parrilla televisiva de la próxima temporada. Y estos invierten buenas sumas de dinero en publicitarse durante las pausas del (supuesto) pelotazo de la temporada o de aquellas producciones que más se aproximan a su público objetivo.

En este mercadillo catódico son productos imprescindibles las estrellas de turno con las que todos quieren fotografiarse, algún capítulo piloto con el que abrir boca y muchas aspiraciones de convertirse en “la serie” que salve el honor de la televisión tradicional frente a las “saqueadoras” plataformas de streaming. Una festiva feria que, para muchos espectadores, se convierte en una ceremonia fúnebre cuando el canal de turno anuncia las producciones que no continuarán emitiéndose en el futuro. El certificado de defunción de esas series que ya sea por escasez de público o falta de confianza empresarial, encuentran su desenlace por motivos económicos y no creativos.

Foto: Scott Foley y Lauren Cohan, protagonistas de 'Whiskey Cavalier'. Opinión

Esta renovación anual de mercancía, que se ha celebrado esta misma semana en la Gran Manzana, ha dejado en la cuneta a más de una treintena de ficciones, y confirmado el encargo de 36 series de televisión para la temporada 2018-2019. Dos menos que la temporada en curso y seis menos que la temporada 2016-2017. Una cifra que evidencia los tiempos por los que pasa la pequeña pantalla. La época en la que una de sus criaturas más características, las ficciones, viven su mejor momento…. Lejos de la televisión convencional y acompañados de una audiencia dispuesta a abrazar con fervor la ausencia de pausas publicitarias y la libertad que da poder disfrutar de una producción dónde quieras, cuando quieras.

La industria audiovisual atraviesa un momento paradójico, en el que cualquier canal incluye una serie en su programación pero las cadenas convencionales producen menos y con más temor. La época en la que todo el mundo parece haber asumido que las producciones verdaderamente buenas están lejos de las cuatro grandes (FOX, NBC, CBS y ABC) y estas deben conformarse con encomendarse a las musas para que todo sea propicio. Aunque como parece obvio, esto pasa cada vez menos, y la pequeña pantalla tradicional evidencia signos de que, en su lucha contra el streaming y las plataformas de pago, va perdiendo la batalla.

La escabechina

Si usted es seguidor de ‘Quantico’, ‘Lucifer’, ‘Wayward Pines’, ‘Great News’, ‘Scorpion’ o ‘Érase una vez’ espero que tenga un pañuelo a mano porque si Netflix no lo remedia, su serie de cabecera ha llegado a su final. Pero estas no han sido las únicas y mientras que en la CBS escasea la paciencia, y se han llevado por delante cuatro de sus últimos estrenos, en FOX han puesto fecha de caducidad a tres de sus comedias más veteranas. Y recuperado ‘Last Man Standing’ una temporada después de cancelarla, confirmando que su target es más rancio y menos juvenil de lo que cualquiera desearía.

Tras una temporada en la que los estrenos más exitosos han sido ‘The Good Doctor’, ‘9-1-1’ y ‘El joven Sheldon’, el honor de ser la producción más vista de este año corresponde (por el momento) al regreso de ‘Roseanne’, que reunió 18 millones de espectadores. Un triunfo que en mayor o menor medida ha influido en dos de las tendencias de la temporada 2018-2019: la apuesta por las sitcoms (8 frente a 4 esta temporada) y las resurrecciones de clásicos, que ya comentamos aquí hace unas semanas y que lleva fraguándose varias temporadas.

Audiencia a la fuga

Entre los principales responsables del paradójico momento que vive la ficción televisiva se encuentra el público. Son cada vez menos los que están dispuestos a sentarse frente a la caja tonta a una hora fijada durante un tiempo determinado y con las pausas que la cadena imponga. Y cada vez son más mayores. Una combinación de factores que no resulta especialmente atractiva para los anunciantes, que tienen como público objetivo la franja de edad comprendida entre los 18 y los 54 años. La misma que, en diferentes segmentos, ha experimentado una mayor caída en el tiempo que pasa frente al televisor, superior a las 10 horas entre los 18 y los 50 años.

Si unimos estos datos a las cifras sobre el crecimiento del número de suscriptores a plataformas online resulta evidente que el futuro de la televisión tradicional no es muy halagüeño. Las nuevas generaciones y las nuevas tecnologías caminan de la mano, y parece poco probable que este idilio sea una cuestión de madurez. Cuando los “millenial” más jóvenes lleguen a una determinada edad no van a descubrir que la televisión es algo más que un elemento decorativo. Más probable parece que los anunciantes busquen otros medios para llegar a esa audiencia que ya no está al otro lado de la tele.

La pasajera defunción de ‘Brooklyn Nine-Nine’

El pasado jueves FOX adelantaba la lista de cancelaciones y renovaciones con las que llegaba a los “upfronts” de este año. Espectadores de todo el mundo se acostaban o levantaban con una noticia que muchos temían pero pocos querían creer. La cadena de Murdoch cancelaba ‘Brooklyn Nine-Nine’ y la comedia policial ambientada en Nueva York terminaría en su quinta temporada. Las redes recogieron el duelo de los fans, entre los que se encontraban nombres tan importantes en la industria como Lin Manuel Miranda, Seth Meyers o Mark Hamill.

Un día después, con la audiencia preparada para llamar a las puertas de rescatadoras profesionales como Netflix o Hulu, la NBC daba la sorpresa y acogía en su parrilla una sexta temporada compuesta por 13 episodios. Un movimiento inteligente, a pesar de que la serie solo tiene 4 millones de espectadores, porque la producción no tiene que crear audiencia. Y porque cuando en 2012 se estrenó 'Brooklyn Nine-Nine', Universal el estudio perteneciente a la misma compañía que la NBC, le vendió la producción a FOX.

El megafracaso

Como botón de muestra de la delicada situación que atraviesa la ficción televisiva está uno de los descartes más sonados de las últimas temporadas, el de ‘LA’s Finest’. O lo que es lo mismo, el ‘spin-off’ femenino de ‘Dos policías rebeldes’, la saga de películas protagonizada por Will Smith y Martin Lawrence. A partir de la segunda entrega, en la que ambos policías trabajan junto a la agente especial Syd Burnett, la serie iba a narrar la vida de la joven en Los Ángeles, donde se une al cuerpo de policía de la ciudad. El mismo en el que trabaja Nancy McKenna, una madre trabajadora que siente una intensa envidia por ella, rol que iba a interpretar Jessica Alba.

Doce millones de dólares después, que es lo que ha costado únicamente el episodio piloto, la NBC no las tiene todas consigo y ya sea por razones comerciales o creativas, ha descartado el proyecto. Los productores, entre las que se encuentran las protagonistas y el todopoderoso Jerry Bruckheimer, buscarán mejor fortuna en otras cadenas o compañías, pero el futuro de la producción está seriamente comprometido. Aunque fue una de las adaptaciones televisivas que más expectación había despertado en los últimos tiempos.

El efecto Netflix

A pesar de los recelos que Netflix despierta en los ejecutivos de FOX, NBC, ABC y CBS, algunas producciones, y algunas cadenas, deben estar muy agradecidas al gigante del streaming. En Estados Unidos, la llegada a la biblioteca de la compañía de Reed Hastings de series como ‘Breaking Bad’ o ‘Shameless’ tuvo un efecto inmediato en las audiencias de las temporadas posteriores.

En esta ocasión, la llegada del drama juvenil ‘Riverdale’ a Netflix ayudó a que la producción registrase un crecimiento del 42% de audiencia con respecto a la temporada anterior. Los usuarios de la plataforma habían visto la primera entrega y desearon continuar con la segunda en su canal original, CW, el canal juvenil de la CBS, sin esperar a su llegada a Netflix. Solo unas pocas producciones consiguen alcanzar este logro, tan insignificante que apenas ayuda a mejorar la imagen que la pequeña pantalla tiene de su principal enemigo y amenaza, los servicios de streaming.

Cada mes de mayo, durante una semana, Nueva York se llena de publicistas, ejecutivos dedicados al mundo de la televisión, showrunners, actores y actrices. Con menos glamur que cualquier entrega de premios, pero la misma capacidad para colapsar la entrada a los centros de convenciones y teatros de la Gran Manzana, los protagonistas principales de la industria televisiva celebran los ‘upfronts’. Eventos en los que las cadenas de televisión convencionales presentan a los (posibles) anunciantes la parrilla televisiva de la próxima temporada. Y estos invierten buenas sumas de dinero en publicitarse durante las pausas del (supuesto) pelotazo de la temporada o de aquellas producciones que más se aproximan a su público objetivo.

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