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La pregunta clave que Xi Jinping formulará a Macron
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Esteban Hernández

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La pregunta clave que Xi Jinping formulará a Macron

Después de Sánchez, el dirigente francés y la presidenta de la Comisión visitarán China. Es una ronda de contactos significativa que pone sobre la mesa algunas de las contradicciones europeas

Foto: Xi Jinping y Putin, en Moscú. (Reuters/Pavel Byrkin)
Xi Jinping y Putin, en Moscú. (Reuters/Pavel Byrkin)
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La visita de Macron y de Von der Leyen a China, que durará tres días, supone un paso adelante más a la hora de definir la posición europea en un movedizo orden mundial.

2022 ha sido un año crucial. La guerra de Ucrania ha sido el detonante de una serie de transformaciones que no dejan de sucederse. Lo más significativo es que se ha iniciado un proceso de desoccidentalización al que Europa todavía no ha sabido reaccionar. El papel que están jugando los BRICS, los cambios en potencias como Turquía o Arabia Saudí, la creciente importancia de India y los vínculos intensos de China y Rusia con América Latina y África están dando forma a un mundo muy diferente, cuya profundidad analizaremos en otra ocasión.

Foto: Xi Jinping, a su llegada al Kremlin. (EFE/Alexey Mayshev) Opinión

Baste hoy con resaltar dos acontecimientos recientes. El acuerdo comercial bilateral entre Brasil y China, que se realizará en yuanes, es otro pequeño paso hacia la desdolarización en países no occidentales. El segundo es el golpe en la mesa dado por Arabia Saudí, que ha recortado sorpresivamente la producción de petróleo, y que debe ser interpretado en el marco de los recientes acuerdos de Pekín con Arabia e Irán. Según Financial Times, es un mensaje diáfano de que “ya no estamos en un mundo unipolar”.

Xi Jinping lo sabe

Este es el escenario revoltoso en el que la visita de Macron y Von der Leyen se producirá. Es relevante que vayan juntos, porque ambos tienen perfiles muy distintos. Macron es el presidente cuestionado de un país con crecientes tensiones sociales, y Von der Leyen es la presidenta de la Comisión y una firme partidaria de la acción decidida contra Putin. Macron y Von der Leyen insistirán en la necesidad de que China adopte un perfil más severo con Rusia a la hora de detener la invasión de Ucrania, pero es bastante probable que las conversaciones versen sobre asuntos muy distintos, en especial, en el caso del líder francés.

Desacoplarse de la energía rusa y frenar los intercambios económicos con China es muy costoso para Francia y Alemania

Macron es el líder europeo, junto con Scholz, más interesado en que la relación con China no se aleje en exceso. No se trata únicamente de que Francia tenga facturas pendientes con EEUU, como la pérdida de los contratos de los submarinos australianos a raíz de la creación del Aukus; tampoco puede olvidarse el giro geopolítico que llevó a la desvinculación europea de Huawei con el 5G, lo que causó algunos perjuicios económicos, y desde París y Berlín se siguen observando con preocupación las medidas de la Fed y el plan de industrialización estadounidense. Un conjunto de factores que señalan las ambigüedades en que las relaciones entre la UE y EEUU están teniendo lugar, ya que el socio principal, al que estamos adscritos por tradición, por vinculación político-ideológica y por los lazos militares y financieros, no está siendo muy complaciente con las necesidades europeas.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es recibido por autoridades de China a su llegada a Pekín. (EFE/Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa) Opinión

Washington tampoco ve con buenos ojos la posibilidad de que Europa mantenga relaciones sólidas con Pekín y está presionando para que no se profundice en ellas, en especial, en sectores estratégicos. Pero esto crea problemas a Europa, ya que una vez realizado el desacople energético con Rusia, debe frenar los intercambios económicos con China: hacer las dos cosas a la vez es muy costoso para Francia y Alemania y Xi Jinping lo sabe. Este será el tema de fondo de las conversaciones de esta semana.

La tesis china

Lo que China dice de sí misma es que avanza sólidamente hacia la recuperación mientras los problemas se multiplican para Occidente, ya sea con la inflación, las crisis bancarias, la desaceleración en el crecimiento o la inestabilidad interna. Afirma que la inversión extranjera está creciendo en su país, que es una zona refugio, un Estado seguro en el que desarrollar nuevas iniciativas y generar crecimiento. China busca la paz y la cooperación, y desea una prosperidad general en la que las bases que sustentaron la globalización continúen vigentes en muchos de sus aspectos.

La contradicción europea, sobre la que China va a presionar, puede causar brechas políticas en la UE, que ya están apareciendo

Esa es su propaganda, que tiene algo de real en un momento en que Alemania y Francia, y España como país ligado con el eje europeo, no pueden permitirse un alejamiento sustancial de Pekín por razones económicas. Por lo tanto, China insistirá en que Europa adopte una posición que beneficie sus intereses y se olvide de las presiones estadounidenses; no solo respecto de Ucrania: fundamentalmente, sobre Taiwán.

Foto: Xi Jinping (i) y Vladímir Putin brindan en el Kremlin. (EFE/Sputnik/Pool/Pavel Byrkin) Opinión

No es una tesis que utilice con Europa, sino una propuesta que China está jugando en entornos de lo más dispar: habla de sí misma como una potencia que quiere la paz, la interrelación comercial y el multilateralismo y que apuesta por las inversiones, en contraposición a unos EEUU que están adoptando un perfil enérgico en lo bélico y deslocalizador en lo económico. Es un mensaje que le está funcionando muy bien en amplias partes del mundo. Quizás en Europa comience a abrirse hueco también. Porque la pregunta que formulará Xi Jinping a Macron es si va a seguir su propia agenda y va a defender sus intereses o se va a dejar influir por las presiones estadounidenses. China va a presionar en esa contradicción. Y hay que tener cuidado con esto, porque puede abrir brechas políticas en el seno de una Unión Europea que ya está suficientemente presionada en lo económico, lo político y lo social.

La visita de Macron y de Von der Leyen a China, que durará tres días, supone un paso adelante más a la hora de definir la posición europea en un movedizo orden mundial.

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