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Netflix ficha a dos de los grandes de la televisión. ¿Y ahora qué?
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

Netflix ficha a dos de los grandes de la televisión. ¿Y ahora qué?

La plataforma de streaming ha contratado a Shonda Rhimes y Ryan Murphy, dos de los creadores más importantes de la pequeña pantalla

Foto: Shonda Rhimes (i) y Ryan Murphy.
Shonda Rhimes (i) y Ryan Murphy.

La culpa de todo la tiene Disney. Si el simpático ratón Mickey y su inacabable lista de directivos no se hubiesen empeñado en lanzar su propia plataforma de contenidos, quizá la televisión norteamericana estaría hablando del regreso de 'Homeland' o conformándose con las audiencias de los Juegos Olímpicos de invierno. Pero no. Disney se levantó una mañana con ganas de dar guerra, y quien sabe si voló por los aires el modelo de televisión que vivíamos hasta ahora.

Sudábamos el mes de agosto cuando saltaba la sorpresa en Los Gatos, la localidad en la que se encuentra la sede de Netflix en California. Shonda Rhimes fichaba por la plataforma de streaming norteamericana, en un acuerdo multianual por cien millones de dólares. Las malas lenguas cuentan que el fichaje fue la venganza de Netflix a Disney, a través de ABC, cadena de televisión de la que es dueña y en la que se emiten las producciones de Rhimes.

Foto: Una secuencia de 'Padre de Familia' en la que se hacía mención a uno de los acusados en las últimas semanas. Opinión

El anuncio del lanzamiento de su propia plataforma, previsto para dentro de un año, suponía que el resto de competidoras iban a dejar de disponer de las producciones de Disney en su catálogo. Para aclarar que el fichaje de una de las creadoras más poderosas de la televisión convencional no era algo personal, hace unos días Netflix anunció un acuerdo con Ryan Murphy por 300 millones de dólares. Otro fichaje de renombre, que se incorporará en julio, para afrontar un año en el que está previsto que la compañía invierta 8.000 millones de dólares en producción propia.

placeholder Ryan Murphy posa con el Emmy a la mejor miniserie por 'The People v. O.J. Simpson: American Crime Story'. (Reuters)
Ryan Murphy posa con el Emmy a la mejor miniserie por 'The People v. O.J. Simpson: American Crime Story'. (Reuters)

Y de la llegada de Murphy a Netflix también tiene la culpa la compañía de Mickey. A mediados del mes de diciembre, Disney anunció la compra de 21st Century Fox por 52.400 millones de dólares. Días después Ryan Murphy se preguntaba si esta adquisición afectaría a sus guiones y si tendría que poner a “Mickey Mouse en ‘American Horror Story”. A pesar de que fueron varios los que trataron de calmar sus ánimos, la salida de Murphy parecía un secreto a voces en la industria televisiva. Una desazón que llegó a oídos de Amazon, que también tentó al creador de ‘Glee’, ‘Nip/Tuck’ y ‘American Crime History’. Pero Netflix ha sabido ver la oportunidad, y ha tirado la casa por la ventana.

La “madre” de ‘Scandal’, ‘Anatomía de Grey’ y ‘Cómo defender a un asesino’ y el ganador de tres premios Emmy pasarán a formar parte de la nómina de Netflix próximamente. Algunos ejecutivos de ABC o FOX todavía se están palpando las ropas, buscando la cartera que les han robado quizá, en el peor momento. Porque si la llegada de Rhimes y Murphy supondrá cambios en el catálogo de la compañía, la pérdida que experimenta la televisión convencional no es precisamente intrascendente.

placeholder Shonda Rhimes durante una gala celebrada el pasado mes de mayo. (Reuters)
Shonda Rhimes durante una gala celebrada el pasado mes de mayo. (Reuters)

El precio del adiós

Para la cadena del abecedario la marcha de Shondaland, la productora de Rhimes, a Netflix supone que más pronto que tarde tendrá que buscar cómo rellenar la parrilla del jueves. Las tres series que la creadora tiene en emisión se programaban la misma noche en la ABC. Una “jornada shondiana” que suponía una gran franja de programación dedicada a uno de los públicos-objetivo más preciados de la pequeña pantalla, las mujeres.

Con ‘Scandal’ a unos capítulos de echar el cierre y las otras dos producciones pendientes de que les pongan fecha de caducidad, el estreno del spin-off de ‘Anatomía de Grey’, ‘For the people’, y ‘Station 19’ parece garantizado. Pero ahí terminará la relación de Shonda con la cadena que le vio crecer, y supo aprovechar su prolífica creatividad para ofrecer a la audiencia las historias de mujeres poderosas que parecían estar buscando.

placeholder Imagen promocional de 'Pose', la nueva serie de Ryan Murphy pendiente de ser estrenada en FX.
Imagen promocional de 'Pose', la nueva serie de Ryan Murphy pendiente de ser estrenada en FX.

En FOX, y especialmente FX, la firma de Ryan Murphy estaba más repartida, abarcando también ‘Feud’ y la creación pendiente de estreno 'Pose'. Y aunque tampoco dejarán de emitirse, encontrarán más pronto que tarde su desenlace. Una despedida que, en cifras, supone la desaparición del 28% de los contenidos de ficción de FX.

El nuevo entorno laboral supondrá, para ambos creadores, la planificación de nuevos proyectos que contarán con un presupuesto propio de los grandes. Pero también con una libertad creativa que, especialmente en el caso de Rhimes, no podían encontrar en sus anteriores empresas. La independencia de Netflix a la hora de crear sus producciones, y su autonomía ante las audiencias, que siguen siendo algo casi secreto, es un factor determinante para ambos creadores a la hora de afrontar sus próximas producciones. El entorno creativo de la plataforma de streaming, que sobrevivió al dispendio económico de Baz Luhrman, es uno de los más independientes de la ficción televisiva actual y no debe rendir cuentas a asociaciones de padres sensibles al lenguaje actual, ni debe someterse al mismo escrutinio de la Comisión Federal de Comunicaciones, que se encarga de regular y calificar los contenidos televisivos, que otras cadenas.

placeholder Reed Hastings, cofundador y CEO de Netflix, junto a Ted Sarandos, jefe de contenidos posan en Marsella. REUTERS Jean-Paul Pelissier
Reed Hastings, cofundador y CEO de Netflix, junto a Ted Sarandos, jefe de contenidos posan en Marsella. REUTERS Jean-Paul Pelissier

Netflix, abonados y premios

En un plano más general, la llegada de Rhimes y Murphy a Netflix contribuye a aumentar el valor de todos ellos, pero muy especialmente el de una plataforma que, año tras año, continúa aumentando su número de abonados. La contratación de la creadora de 'Scandal' y 'Anatomía de Grey', habituada a cosechar grandes audiencias, es la evolución natural de una compañía que trimestre tras trimestre ve como la cifra de abonados sigue subiendo a un ritmo que no quiere perder. En 2019, cuando Netflix pueda presumir de producciones firmadas por Shonda, serán muchas las mujeres que se planteen abonarse a la plataforma, porque será ahí donde encontrarán lo nuevo de su creadora de cabecera. La evolución lógica de una empresa que ya tienen un nombre, y ahora quiere talento para seguir evolucionando.

El fichaje de Murphy, por su parte, está más relacionado con el prestigio que con las suscripciones. Porque además de tener abonados por todo el mundo, y convertirse en la plataforma más vista, es muy probable que Reed Hastings y compañía quieran tener una vitrina repleta de galardones, como ya tienen en las oficinas de Hulu gracias a 'The Handmaid's Tale'. Y el hombre más indicado para ello parece ser Ryan Murphy, que en los últimos años se ha convertido en uno de los nombres más repetidos en las entregas de premios. Mientras, y a excepción de 'Master Of None' este año, y 'The Crown' en 2017, las decenas y decenas de producciones que Netflix ha estrenado en los últimos dos años a bombo y platillo vivían con inquietante tranquilidad la temporada de premios norteamericana, siendo completamente ignoradas por la academia o las asociaciones correspondientes. Bueno, no todos, porque al menos los niños de 'Stranger Things' parecen no tener competidor como animadores de ceremonias.

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El futuro de las series

​A falta de que Netflix explique por qué hay 200 millones de diferencia en el fichaje de ambos creadores (algo que no va a pasar, no seamos ilusos), y de que comiencen a surgir noticias en torno a las futuras producciones de ambos, el mercado televisivo estadounidense debe asumir los cambios que suponen esas contrataciones. Dick Wolf, responsable de la factoría Chicago, Greg Berlanti ('Arrow', 'Flash') y Chuck Lorre, creador de 'Mom' y 'The Big Bang Theory', son los grandes nombres que perduran en la televisión convencional, aunque el último ya ha probado suerte (sin tenerla) con Netflix a través de 'Descolocados'. Tras ellos, a grandes rasgos, resulta complicado encontrar en las cadenas convencionales figuras de cierto renombre que vayan a trabajar por el futuro de un medio que, poco a poco, va perdiendo el prestigio y la importancia con el que contaba en el pasado.

Tal vez esto no sea una mala noticia, y los directivos de la ABC, NBC, CBS y FOX se den cuenta, antes de que sea tarde, de que su nueva tarea en el mundo de la creación audiovisual es apostar por nuevos talentos que llevan años llamando a las puertas de la pequeña pantalla. Hombres y mujeres que tal vez no serían la primera opción de la televisión de hoy en día, pero que a la vista de la fuga de veteranos, se convierten en el nombre que merece ser tenido en cuenta a la hora de conformar la parrilla televisiva de futuras temporadas.

Mientras tanto, en Los Gatos, Shonda y Ryan irán dando forma a sus ideas, esas que ya tienen millones de seguidores en todo el mundo, con el descomunal presupuesto de una compañía como Netflix. Creadores habituados a trabajar con las "estrecheces" de la televisión convencional, que ahora cuentan con los dólares necesarios con los que poner en pie la más ambiciosa de sus creaciones. Un paso más para que Netflix, y dos o tres más, terminen dominando el mundo de la ficción serializada. Y si no, al tiempo.

La culpa de todo la tiene Disney. Si el simpático ratón Mickey y su inacabable lista de directivos no se hubiesen empeñado en lanzar su propia plataforma de contenidos, quizá la televisión norteamericana estaría hablando del regreso de 'Homeland' o conformándose con las audiencias de los Juegos Olímpicos de invierno. Pero no. Disney se levantó una mañana con ganas de dar guerra, y quien sabe si voló por los aires el modelo de televisión que vivíamos hasta ahora.

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