Es noticia
Pinganillos, amnistía y consulta: juego, set y partido para Puigdemont
  1. España
  2. Crónicas desde el frente viral
Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

Por

Pinganillos, amnistía y consulta: juego, set y partido para Puigdemont

Tenemos cuatro certezas sobre Puigdemont. Y las cuatro son determinantes, porque es él quien está aplicando en todo momento el principio de iniciativa

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Matthys)
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Matthys)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El diseño estratégico de Puigdemont está siendo ejecutado al milímetro. Las prioridades fueron siempre claras, la comunicación viene siendo clara y los puntos van subiendo al marcador con una naturalidad que refleja la extrema debilidad del sanchismo tras el resultado del 23 de julio.

Y creo que haríamos bien en asumir que la información que viene saliendo estos días no se hace pública en tiempo real, retransmitiendo el estado de la negociación en tiempo real, sino a posteriori, cuando en la mesa se están ya abordando las jugadas siguientes. Eso es lo que trataremos de anticipar.

Comencemos por lo que sabemos a ciencia cierta. Tenemos cuatro certezas sobre Puigdemont. Y las cuatro son determinantes, porque es él quien está aplicando en todo momento el principio de iniciativa.

Foto: El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Matthys)
TE PUEDE INTERESAR
Negociar hasta las 6:47. Puigdemont no cederá en sus exigencias
Nacho Alarcón. Bruselas Beatriz Parera

Primera. El de Girona no ha renunciado a sus objetivos en ningún momento, mantiene todas sus metas. No quiere cárcel, quiere volver, hará todo lo necesario para volver a ser president e impulsar después la autodeterminación.

Segunda. Mantiene una fuerte desconfianza con Sánchez y ese factor condiciona toda la negociación. No quiere compromisos a futuro, quiere conquistas a presente. Exigirá, para cada cuestión, las mayores garantías posibles. Y siempre que sea posible: hechos consumados.

Tercera. Como puede deducirse de sus propias palabras y las de sus voceros, ha diseñado una estrategia de tres anillos. En el núcleo se ubican la lengua, la amnistía y la consulta. En la órbita más cercana, las competencias y la financiación. Y, en el último nivel, los aspectos simbólicos, es decir, la visibilización de la progresiva retirada del Estado de Cataluña y, eventualmente, la toma del Ayuntamiento de Barcelona.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. (EFE/Daniel González) Opinión

Cuarta. A su vez, todo responde a la competencia con ERC por el protagonismo del nacionalismo catalán. No es solo una cuestión personal —la rivalidad con Junqueras y el desquite que busca—, también son los negocios. En ese combate no hay treguas, ni descanso, ni piedad.

Por cierto, este es un aspecto poco tratado todavía. Dentro de esa lógica fratricida, Puigdemont ha tratado y conseguido forjar una alianza alternativa a la que mantienen los de ERC con Bildu. El PNV y los de Junts han estrechado mucho sus relaciones en los últimos meses. Ese, y no otro, es el sentido político de la foto con Ortuzar en Waterloo de hace unos días. Estos dos partidos tienen la costumbre —la constante histórica— de escribir democráticamente muy torcido con renglones tácticamente muy rectos, pero ya hablaremos sobre ello durante las próximas semanas. Volvamos.

Foto: El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. (EFE)

Como resultado de lo anterior, Puigdemont estableció un prólogo a la negociación con el que podría testar la voluntad de Sánchez. Un preludio con un par de exigencias formuladas no con vistas a la investidura, sino para verificar si la negociación de la investidura se abre o no se abre.

Esas dos exigencias han cristalizado esta misma semana: lenguas y amnistía. Se comunican ahora, se hacen públicas ahora, pero, como desveló ayer Junqueras —para no perder comba en la lucha con los de Junts—, ya se cerraron en agosto. Sánchez accedió hace semanas. Por más debate y malestar que haya en buena parte de la nuestra sociedad, la cuestión de la amnistía lleva de facto bastante tiempo superada.

Foto: Pedro Sánchez y Salvador Illa, en un acto electoral en Barcelona. (EFE/Andreu Dalmau)

¿En qué punto deben andar las cosas ahora? Apliquemos la lógica. Puesto que las demandas previas a la negociación fueron cerradas en el pasado, en el presente solo podemos estar ya en la negociación completa de la investidura. Cuesta pensar que si lo preliminar se acordó en agosto, no haya habido más negociaciones durante las tres semanas que llevamos de septiembre.

¿Qué información comenzará a publicarse próximamente? A muy corto plazo, pueden comenzar a conocerse detalles sobre la amnistía, que seguramente será de rango más amplio de lo esperado. Comenzarán a producirse las filtraciones a los medios cercanos y, simultáneamente, se irán distribuyendo los argumentarios para que los opinadores del oficialismo vayan legitimando ante la opinión pública todo lo que dijeron que nunca ocurriría. Pero eso ya no es estratégico, ni siquiera es táctico. Es competencia del Departamento de Comunicación monclovita.

Foto: El 'expresident' de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE/Pablo Garrigos)

Después, no mucho después, creo que podrán introducirse dos cuestiones en la arena pública. Se nos empezará a hablar de la necesidad de un mediador, probablemente Puigdemont demande uno internacional, para que el próximo proceso de independencia tenga un barniz en los escenarios exteriores que el anterior no tuvo.

Y, ya veremos si simultáneamente porque no lo descarto, comenzaremos a oír mucho la palabra consulta o algún otro tipo de derivado que encuentren en el diccionario. Da igual, la fórmula necesaria para activar el falso derecho a decidir que ponga urnas de cristal donde los delincuentes pusieron tupperwares para votar hace unos años.

Foto: Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

Cuando eso ocurra, aquí reside el secreto del método, la cuestión de la amnistía no estará superada ni de lejos. Habrá tirones entre el Ejecutivo y el poder judicial, habrá respuesta social, habrá algún rescoldo del viejo PSOE calificando las medidas como lo que son; habrá todo eso y un poco más…

Pero para la sociedad ya habremos pasado pantalla y la amnistía hasta no parecerá para tanto porque el tratamiento de la actualidad se dejará llevar por el efecto de la novedad. La mediación y la consulta podrán eclipsar la barbaridad de la amnistía. Y para que eso suceda la estrategia, la táctica y la comunicación del sanchismo tendrán que estar sincronizadas.

Foto: El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en el primer pleno del Congreso de la XV Legislatura. (EFE/Juan Carlos Hidalgo) Opinión

No parece poco probable que Puigdemont logre obtener todo el rendimiento que buscaba a la negociación con Sánchez. Se llevó el punto con los pinganillos. Está rematando el set de la amnistía. Y está a las puertas de llevarse el partido con la consulta y el mediador.

Es mucho en términos políticos. Pero también resulta aconsejable prestar algo de atención a lo emocional, sobre todo cuando hablamos de alguien con una circuitería tan retorcida

Tiene que estar disfrutando con la división del constitucionalismo, debe estar celebrándolo. Pero hay un placer todavía mayor que quizá terminemos viendo en el futuro, aunque lo dejó escrito Maquiavelo hace siglos: “Es doblemente placentero mentir al impostor”.

El diseño estratégico de Puigdemont está siendo ejecutado al milímetro. Las prioridades fueron siempre claras, la comunicación viene siendo clara y los puntos van subiendo al marcador con una naturalidad que refleja la extrema debilidad del sanchismo tras el resultado del 23 de julio.

Carles Puigdemont
El redactor recomienda